La ansiedad y el estrés en nuestro sistema digestivo...

    El cuerpo y la mente están regulados por el cerebro y todas las conexiones que el mismo contiene. Las actividades del cuerpo son gestionadas dependiendo de los estímulos por diferentes sistemas. Uno de dichos mecanismos, es el sistema nervioso autónomo o vegetativo, este es el encargado de recibir y enviar la información de las vísceras y muchos de los órganos de nuestro cuerpo.

Cuando vivimos un momento puntual de estrés o ansiedad, nuestro organismo se “activa” como si le diéramos al interruptor de encender. Cuando esa situación pasa, el organismo se desactiva, como si le diéramos al interruptor de apagar. Pero si la ansiedad o estrés continúa a lo largo del tiempo, nuestro cuerpo continúa encendido y se desgasta. Por eso es posible que nos duela la tripa, porque el organismo genera sustancias que a largo plazo pueden afectar nuestro aparato digestivo.

El estrés momentáneo que nos ayuda a responder ante un estímulo novedoso es beneficioso porque nos ayuda a ser rápidos y encontrar una solución. Sin embargo, cuando ese estrés es mantenido a lo largo del tiempo por la razón que sea, el cuerpo se mantiene en un estado de alerta constante. Esta afectación a nivel psicológico y emocional, también se ha visto que repercute a nivel físico. La ansiedad tiene una sintomatología física propia. Cuando la mente está bajo tanta presión el cuerpo reacciona con la misma intensidad. Además, la ansiedad y el estrés influyen en la liberación de una serie de hormonas como el cortisol, que en unos niveles inadecuados conlleva a serios problemas digestivos, como aparición de digestiones pesadas, retortijones, dolor abdominal…

 

"Nuestras tripas son una importante fábrica de neurotransmisores, el motor de nuestro ánimo". Alejandra Vallejo-Nágera.

 

Remedios caseros para las molestias estomacales o dolor abdominal:

 

-Menta, comer la hoja, tomar en infusión o caramelos.

-Bolsa de agua caliente

-Canela, tomar con la comida o postre una cucharadita, o en infusión.

-Aquilea, cruda en ensalada o en infusión.

-Albahaca, usar como especia o té.

-Hierbabuena, como té o en caramelos.

-Arroz

-Agua de coco, un par de vasos al día

-Plátanos

 

Esperamos que este artículo te ayude a entender cómo se conectan cuerpo y mente, ¡tenemos que cuidar ambos!

 

Silvia Castillo, psicóloga

 

 

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